En edades infantiles cuando vemos un partido de fútbol, hay ciertos niños que sobresalen del resto, no porque sean realmente buenos, sino porque su edad morfológica se adelanta a su edad cronológica y por tanto “falsean” ese aparente buen rendimiento que hace pensar a muchos que llegarán a ser figuras del balonpié.
En el desarrollo físico de nuestros niños tenemos que tener siempre presente que la evolución no es siempre homogénea ni se da por igual en todos, ya que hay ciertos condicionantes genéticos y raciales, que hacen que unos niños se desarrollen antes que otros. Es raro no ver cada fin de semana en un terreno de juego de fútbol base como hay equipos en los que algunos jugadores parecen auténticos niños y otros ya parecen adultos consolidados. Es de lógica por tanto que el rendimiento en cuanto a fuerza y velocidad sea mucho mayor en los que más desarrollo motor tienen y “falseen” por tanto su rendimiento.
Haciendo un símil podemos comparar esto con el cuento del patito feo, en el que nadie apostaba porque un pato pequeño y menudo, luego iba a ser un gran cisne, y es que jugadores que no tienen un gran físico en etapas infantiles pueden desarrollar un gran físico en su etapa adulta como consecuencia de haber igualado su desarrollo al del resto de compañeros. Lo importante por tanto para los entrenadores será adecuarse al grado de desarrollo de cada niño y no forzar de una manera antinatural rendimientos tempranos.
Con todo esto, pretendo hacer reflexionar a los padres de los niños que ven en sus hijos muy por encima o muy por debajo de sus compañeros y que como con el cuento del patito feo, no todo es lo que parece.
Podemos concluir diciendo que más que el físico del niño futbolista, la principal cualidad a valorar sería la técnica y la predisposición a entrenar que tiene el niño y no tanto sus cualidades físicas del momento.
Quién lo escribe???
ResponderEliminarMiguel Ángel Rabanal San Román, es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte / Preparador Físico
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